Crecen las estafas telefónicas en Argentina: alertan por el avance del vishing y el wangiri

Según un informe internacional, el país registra un 59% de llamadas no deseadas y es el segundo más afectado de la región. Expertos advierten que la inteligencia artificial hace más convincentes los fraudes.

General23/09/2025Studio341NewsStudio341News
Vishing y Wangiri

La proliferación de llamadas desde números desconocidos, muchas veces con prefijos extranjeros y que se cortan a los pocos segundos, encendió las alarmas por el avance de dos modalidades de estafa cada vez más sofisticadas: el vishing y el wangiri. Estos engaños buscan obtener datos confidenciales, generar costos elevados o incluso perpetrar robos de identidad.

De acuerdo con el Global Call Threat Report de Hiya, la Argentina figura como uno de los países más vulnerables: en el tercer trimestre de 2024 registró un 59% de llamadas no deseadas, lo que la ubica en el segundo lugar de la región.

“Hoy la inteligencia artificial potencia estos ataques, con voces y guiones cada vez más convincentes”, advirtió Pablo García, especialista en ciberseguridad de TIVIT. En promedio, cada usuario recibió siete llamadas de spam por mes en ese período, y el 27% correspondió a intentos de fraude.

Vishing y Wangiri 2

Cómo operan las estafas

El vishing combina ingeniería social con suplantación de identidad. Los delincuentes manipulan la pantalla para que el número parezca legítimo y, mediante engaños, piden claves, códigos o datos bancarios, presionando para que la víctima actúe de inmediato.

El wangiri, en cambio, consiste en llamadas muy breves desde números internacionales: la trampa es que la persona devuelva la llamada y quede enganchada a tarifas premium.

Señales de alerta y consejos

Los especialistas recomiendan estar atentos a estos indicios: llamadas cortas desde el exterior, pedidos de información confidencial y números que parecen de entidades conocidas pero con exigencia de respuestas urgentes.

Las medidas clave para protegerse son no devolver llamadas desconocidas, nunca compartir datos sensibles por teléfono, verificar la información en canales oficiales y activar la autenticación de dos factores.

“El primer paso es educativo”, subrayó García. “Enseñar a reconocer estos patrones de engaño y evitar hábitos de riesgo puede marcar la diferencia entre caer en una estafa o evitarla”.

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