Fernet Branca cumple 180 años y desata pasiones en Argentina

Hay quienes coleccionan camisetas, discos o cualquier objeto de culto. Pero en Argentina, nada despierta más fervor que un Fernet Branca. La marca, fiel a su fórmula desde 1845, celebra sus 180 años con una edición limitada de su emblemática botella que, antes de llegar a las góndolas, generó furor en la preventa de Branca Store. Pocas bebidas en el mundo pueden generar tanto amor, orgullo y sentido de pertenencia como el Branca.

Un homenaje con historia

Esta edición no es solo un objeto de colección: es un guiño a quienes transformaron al fernet en ritual y bandera. Cada detalle de la botella celebra su recorrido: desde sus inicios en una botica de Milán hasta su llegada a Buenos Aires en 1875, donde se integró al ADN argentino. Pintada en negro mate con detalles dorados, la botella refleja coraje, resiliencia y autenticidad, convirtiéndola en un verdadero trofeo para los fanáticos.

De Italia al corazón argentino

La llegada de Branca no fue solo geográfica: fue cultural. Branca con Cola se transformó en un ritual de sobremesa, símbolo de amistad, inspiración de canciones e incluso tatuajes. Cada edición limitada despierta la pasión de sus seguidores. En 2015, Branca celebró 170 años con un estuche conmemorativo; en 2020 presentó la edición por los 175 años, modernizando su clásico emblema; y en 2022, previo a la consagración de la Selección en Qatar, la botella dorada se convirtió en amuleto de campeones.

180 años con las hierbas bien puestas

“Esta botella es un homenaje a nuestro viaje y a quienes lo hicieron posible. Cumplir 180 años nos permite agradecer a las generaciones que nos acompañaron y reafirmar nuestro compromiso de seguir siendo auténticos”, expresaron desde la compañía.

Disponible en Branca Store y puntos de venta seleccionados, esta edición limitada es una invitación a celebrar la tradición, la pasión y la autenticidad que hicieron del Fernet Branca un ícono argentino. Porque algunos logros no se celebran solo con palabras: se celebran con orgullo, locura y, por supuesto, un Branca en la mano.