Femicidio en Rosario: una enfermera fue asesinada a balazos y su expareja quedó detenida

Ailén Oggero había denunciado a su expareja –ahora detenido- por golpizas. El martes la mataron a balazos.

Policiales21/02/2025Studio341NewsStudio341News
Ailén Oggero

Ailén Oggero tenía 32 años y era madre de dos niños. Su historia quedó trágicamente marcada este martes por la mañana, cuando fue ejecutada a balazos en la puerta de su casa.

Las sospechas apuntaron de inmediato a su expareja, Jonathan Omill, contra quien la víctima había radicado varias denuncias por violencia de género. Finalmente, este jueves, la Justicia ordenó su detención.

Su madre, Mónica, aún en estado de shock, expresó el dolor y la impotencia de una tragedia que pudo haberse evitado.

“La Justicia llegó tarde”

“Esto es muy duro, inesperado, incomprensible”, dijo Mónica, en medio del desconsuelo. “Siento que la Justicia llegó tarde. Tengo el dolor de no haber podido ayudar a mi hija, de haber hecho algo más. No sé cómo funciona la Justicia, que ahora se movió con inmediatez, pero no antes”, cuestionó.

El relato de su nieto, de tan solo 12 años, es estremecedor. “El nene fue quien la encontró. La vio toda ensangrentada”, contó la abuela. “Escuchó los disparos y esperó un rato por miedo a que siguieran. Estaba en la ventana, al lado de donde ocurrió todo. Se asomó por la puerta, abrió el postigo y la vio”.

La propia Mónica también estuvo allí, segundos después de la agresión. “Vivo frente a su casa. Nos llamó mi nieto y nos dijo que fuéramos rápido. Mi marido llegó primero y encontró a nuestra hija tirada en el piso, al lado de la puerta. Volvió corriendo y me pidió que llamara a emergencias”.

La ambulancia tardó en llegar. “Cuando la Policía apareció, ella todavía estaba con vida, muy grave. En el HECA nos dijeron que la bala había entrado por la sien y salido por el otro lado. Ahí nos explicaron que la situación era crítica y que debíamos esperar. Nunca entendí qué era lo que había que esperar”, lamentó.

Acoso y violencia extrema

Según el relato de Mónica, Ailén había vivido con miedo en los últimos meses. “Él la seguía, le decía cosas como ‘menos mal que volviste sola, si no iba a ser peor’", recordó la mujer, que también deslizó la sospecha de que Omill podría haber estado vinculado a la barra de Newell’s.

“Teníamos una perimetral. Cuando vi los golpes en su cara, ella me contó que ya lo había denunciado. Le pregunté en qué podíamos ayudarla, pero solo nos pidió que no habláramos con él y que llamáramos a la Policía si lo veíamos cerca”, relató.

Lo conocían como “Jackie”, por Jackie Chan. “Le gustaba pelear”, contó la madre de Ailén. “Mis nietos decían que él discutía mucho con su mamá, que ella solo quería vivir tranquila”.

La familia ahora se hará cargo de los niños. “Él no era su padre”, aclaró Mónica.

Un futuro truncado

La mujer también desmintió versiones que indicaban que su hija tenía deudas. “Yo la ayudaba económicamente. Y estaba muy ilusionada con febrero: le faltaba una sola materia para recibirse de hemoterapista”, explicó.

“Me quedó el cartel guardado, las cosas listas para recibirla con alegría cuando se recibiera”, dijo con tristeza. “Pero no llegó. Tenía que rendir en febrero”.

Con angustia y bronca, cerró con una dura reflexión: “Ella hizo la denuncia, la llamaban para preguntarle si estaba todo bien, pero no alcanzó. Ahora no sé si me sirve la justicia. Quiero que alguien pague, pero ya no la tengo a mi hija”.

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