Huracán, entre la ilusión desbordante y una reconstrucción que sorprendió a todos

Del éxodo masivo a una final soñada: el Globo se reinventó en silencio y va por la gloria...

Deportes30/05/2025Studio341NewsStudio341News
kudelka huracan

La euforia en Parque Patricios es total. Huracán vive días de fiesta mientras se prepara para la gran final, y el clima que se respira lo dice todo. Las entradas volaron, los servicios de traslado colapsaron de demanda y el club ya organizó 120 micros y diez vuelos chárter para acompañar al equipo. Todo, además, potenciado por la histórica clasificación a los octavos de final de la Copa Sudamericana, dejando en el camino nada menos que al Corinthians... ¡con un equipo alternativo!

Sin embargo, no todo fue color de rosa en este 2025 que arrancó plagado de dudas. El panorama a comienzos de año era sombrío: el plantel que había llevado al Globo a semifinales de Copa Argentina y a pelear el título en la última fecha de la Liga Profesional se desmanteló en diciembre. Contratos vencidos, ventas necesarias y un éxodo que impactó especialmente en la mitad de la cancha. Volantes titulares y suplentes dijeron adiós.

Pero lejos de paralizarse, Huracán se reinventó. Con inteligencia en el mercado y lugar para nuevas apuestas, emergió una figura inesperada: Leonel Pérez. Apuntado desde Europa, el juvenil se adueñó del mediocampo durante la minipretemporada en Uruguay, cuando el Globo enfrentó a Colo Colo y probó variantes por necesidad. Formado como volante mixto, se adaptó como mediocentro en un contexto que, hasta entonces, no parecía apto para juveniles: hacía casi dos años que no debutaba uno. Hoy, ya suman tres con estreno en este ciclo, producto de un giro profundo en la formación impulsado por Daniel Vega como director deportivo y con la conducción de Gastón Coyette.

Huracan 2025

La base del equipo se sostiene con nombres que vienen del 2024: Hernán Galíndez, capitán y referente en el arco; Fabio Pereyra, César Ibáñez, Walter Mazzantti y Eric Ramírez. El resto, en su mayoría, cambió de aire. “Es como una copa de cristal: preciosa pero frágil”, advertía Frank Darío Kudelka hace un año, consciente del equilibrio delicado del plantel. La salida del tridente Echeverría, Fattori y Alarcón –más los relevos Fértoli, Toledo, Siles y Soñora– dejó un hueco difícil de llenar.

Pero las piezas empezaron a encajar. A Pérez se sumaron el Colo Gil y Matko Miljevic, aportando experiencia y jerarquía. Otro acierto fue la incorporación de Marco Pellegrino, que tras un fugaz paso por Independiente recuperó protagonismo y nivel en el fondo. En el Ducó cruzan los dedos para que su vínculo no termine en junio.

Y si de goles se trata, Huracán también ajustó. Las variantes ofensivas se ampliaron: Urzi, Alanís y Cabral lograron complementar con efectividad a Mazzantti, Ramírez y Sequeira. Hasta Wanchope Ábila, histórico referente, mutó su rol al verse relegado detrás de Tissera.

“La presencia de Huracán en la final es un orgullo para los clubes sin gran poder económico. No se trata de tener para gastar, sino de tener ideas”, reflexionó Kudelka tras eliminar a Independiente en semifinales. Esta versión del Globo se construyó con la base del protagonismo de 2024, pero con la ambición de ir por más, ya sin el fantasma del descenso acechando como en otros tiempos.

Desde lo futbolístico, el equipo mantiene su sello: intensidad, verticalidad y solidez. Aunque ahora le suma algo más: carácter. Ese plus emocional que intentará coronar el domingo en una final que ya quedará en la historia. Pase lo que pase.

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