Lamborghini: cuando el color también cuenta una historia

En Automobili Lamborghini, los nombres nunca son arbitrarios. Cada modelo, cada detalle y cada color forman parte de un relato cuidadosamente construido que refuerza el ADN de la marca. Fiel a su tradición ligada a la tauromaquia y a un imaginario cargado de fuerza y épica, la firma italiana trasladó esa misma lógica simbólica a su universo cromático, donde la pintura deja de ser un simple acabado para transformarse en un elemento narrativo.

Ese enfoque alcanza su máxima expresión en el programa Ad Personam, el exclusivo departamento de personalización lanzado en 2011 en Sant’Agata Bolognese. Concebido para ofrecer configuraciones casi ilimitadas, hoy más del 94% de los Lamborghini producidos incorporan al menos un desarrollo de este programa. Dentro de ese mundo, el color ocupa un rol central: la marca cuenta con más de 400 tonalidades, cada una con una historia y un significado propio.

La mitología y la astronomía son fuentes habituales de inspiración. Tonos como Nero Nemesis, Arancio Apodis o Blu Cepheus remiten a dioses, constelaciones y figuras legendarias, aportando un aura casi épica a cada vehículo. Otros colores nacen de anécdotas reales, como el célebre Verde Scandal, creado a partir del vestido de una clienta, o el Giallo Maggio, desarrollado para celebrar los 50 años de la marca.

También hay espacio para las raíces territoriales, con tonos que homenajean a Sant’Agata Bolognese y a la región de Emilia-Romaña, así como para la innovación técnica, con acabados artesanales que incorporan polvo de diamante o complejos procesos multicapa.

En Lamborghini, el color no adorna: comunica. Es memoria, identidad y emoción aplicada sobre metal y fibra, una prueba más de que la marca entiende el diseño como una experiencia total.