China da vuelta la guerra comercial y contraataca con fuerza

El gigante asiático deja de vender las estratégicas tierras raras a Estado Unidos y le compraría el gas licuado a Rusia.

Mundo19/04/2025Studio341NewsStudio341News
eeuu VS china

La guerra comercial que desató Donald Trump contra China parece haberse vuelto en su contra.

Pekín aceleró el reemplazo de proveedores y, por ahora, borró de sus compras a Boeing, al gas licuado y a la soja estadounidense.

Pero no se quedó ahí.

Lanzó además una potente campaña en redes sociales dirigida a los consumidores europeos. Les muestra cómo los productos de lujo que pagan a precio oro se fabrican en China a costos ínfimos.

"Compre carteras, zapatos y artículos de lujo por una fracción del precio", promueven desde plataformas chinas, provocando un temblor entre las marcas top como Chanel, Prada y Gucci.

Desde Washington, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, respondió con una frase provocadora:

"China está jugando con un par de dos... Nosotros les exportamos apenas una quinta parte de lo que ellos nos venden. Es una mano perdedora para ellos".

Pero no todos en EE.UU. coinciden.

Analistas como Adam Posen, de Foreign Affairs, advierten que el desequilibrio comercial es, en realidad, una carta fuerte para China.

“EE.UU. no compra productos chinos por caridad”, señalan. “Los estadounidenses los quieren. Si desaparecen o se encarecen, ellos pagan el precio”.

Y las señales ya se sienten.

Los productores de soja del Medio Oeste salieron a pedirle a Trump que frene el conflicto. Temen perder el mercado chino a manos de competidores como Argentina o Brasil.

Golpe al corazón del consumo

Más de la mitad de los celulares que se venden en EE.UU. son iPhones. El 80% se fabrica en China.

Trump, que lo sabe, anunció que no aplicará subas arancelarias tan fuertes a los smartphones, especialmente a los de Apple.

Entendió que si un iPhone se duplica en precio, habrá protestas masivas.

Los analistas ironizan con otro dato inquietante para el verano: casi el 80% de los aires acondicionados del mundo también se hacen en China. Igual que tres cuartas partes de los ventiladores que importa EE.UU.

Y si la guerra sigue hasta diciembre, la Navidad puede ser otro frente caliente: el 75% de las muñecas y bicicletas que se venden en EE.UU. también son chinas.

Reemplazarlas con producción local llevaría tiempo y sería mucho más caro.

Beijing guarda cartas fuertes

Para muchos expertos, China puede permitirse jugar a largo plazo.

Pero si el régimen decide pasar a la ofensiva, tiene herramientas poderosas.

Casi el 50% de los ingredientes de antibióticos que consumen los estadounidenses provienen de fábricas chinas.

Y el F-35, el caza estrella de la Fuerza Aérea de EE.UU., necesita componentes que dependen de las tierras raras... que también produce China.

Los chinos, además, son los segundos mayores tenedores extranjeros de bonos del Tesoro estadounidense. Y ese dato cobra peso justo cuando los mercados están tensos.

Incluso si Trump logra arancelar productos sin gran impacto en el consumo interno, los expertos dudan de que pueda hacer un daño real al modelo chino.

El mercado estadounidense representa apenas el 14% de las exportaciones de China.

Y hay un factor decisivo: el régimen chino, autoritario y con el control absoluto del Partido Comunista, está más preparado para tolerar el dolor económico.

En EE.UU., en cambio, las crisis se traducen rápido en presión política.

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