Se cumple medio siglo de la página más gloriosa de Huracán: el campeón de 1973 que cambió la forma de jugar al fútbol

El equipo del "Flaco" Menotti fue uno de los más virtuosos en la historia del fútbol argentino y fue un ganador inobjetable.

Mundo16/09/2023Studio341NewsStudio341News
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Un día como hoy, pero hace 50 años, Huracán escribió la página más gloriosa de su historia al ganar su primer título en el profesionalismo tras conquistar el Torneo Metropolitano 1973, de la mano de su entrenador Cesar Luis Menotti y un plantel que pasó a la posteridad por el juego que exhibió.

Pese a perder 2 a 1 ante Gimnasia y Esgrima La Plata en el estadio Palacio Tomás Adolfo Ducó, el conjunto de Parque Patricios festejó dos fechas antes del cierre del certamen, ya que su más inmediato perseguidor, Boca, cayó por idéntico marcador frente a Vélez.

El equipo del entrenador que le dio el primer título mundialista a la Selección argentina, fue uno de los más virtuosos en la historia del fútbol argentino y fue un ganador inobjetable. En ese plantel había jugadores de la talla de René Houseman, Roque Avallay, Alfio Basile, Omar Larrosa, Carlos Carrascosa, Carlos Babington, Miguel Ángel Brindisi y Nelson Chabay.

Si bien el momento histórico se produjo aquel 16 de septiembre de 1973, lo cierto es que Huracán a lo largo del certamen desplegó un juego exquisito y distinguido (hoy conocido como el tiki-tiki), con el cual dejó actuaciones para la posteridad y en la que logró su pico máximo cuando apabulló a Argentinos Juniors en Parque Patricios con una goleada por 6 a 1.

"Ese título fue cumplir un sueño. Por cómo se formó el equipo, por cómo jugaba, por todo lo que generó y porque se dio en un club impulsado por gente de barrio. Huracán del 73 fue un pedazo de historia del fútbol argentino, una bandera ideológica para muchos", explicó alguna vez Menotti, principal gestor de aquel campeón.

"Por la propuesta, para mi fue el mejor equipo que hubo", dejó constancia Miguel Angel Brindisi, una de sus grandes estrellas, con el correr de los años.

Aquel equipo contó con dos mediocampistas notables, de características diferentes, pero ambos en el mejor momento de sus carreras como Brindisi y Carlos Babington, un centrodelantero velocísimo y goleador como Roque Avallay, otro volante como Omar Larrosa que ayudaba en la generación de juego, pero que también llegaba mucho al gol (de hecho fue el goleador de la campaña con 15 tantos), la experiencia y la personalidad de Alfio Basile apuntalando al equipo desde el fondo, la solvencia de Jorge Carrascosa como lateral izquierdo y, el genio de una gambeta inugualable como René Houseman.

Menotti asumió como director técnico en Huracán el 2 de mayo de 1971. Sin embargo, su  trabajo empezó a dar frutos en 1972, cuando el elenco de Parque Patricios finalizó tercero en el Metropolitano y en la zona B del Nacional. Allí, goleó 5-1 a Boca y 3-0 al campeón, San Lorenzo.

En la pretemporada de 1973, Menotti lo dejó a ir al puntero derecho brasileño Marcos Pereira Martins, lo reemplazó por Houseman que venía de ser campeón de Primera C con Defensores de Belgrano. Y con los laterales cubiertos por el uruguayo ex Racing Nelson Chabay y Carrascosa, armó el equipo base: Roganti, Chabay, Buglione, Basile, Carrascosa; Brindisi, Russo, Babington; Houseman, Avallay y Larrosa. 

La primera rueda fue apabullante: goleó 6-1 a Argentinos, 5-2 a Atlanta, 5-0 a Racing, 5-2 a Ferro y 5-0 a Central en una actuación que generó que los hinchas del "Canalla" lo despida de pie en pleno Rosario. Sólo perdió 1-0 con River en el Monumental, una tarde en la que "Perico" Pérez, un especialista desde los doce pasos, le detuvo dos penales a Brindisi, y 4-1 con Boca en la Bombonera.

El equipo se desarmó en la segunda rueda: Enrique Sívori preparaba la Selección Argentina para jugar las Eliminatorias rumbo al Mundial de Alemania de 1974, y se llevó a cuatro de los cinco delanteros: Brindisi, Avallay y Babington no estuvieron en las últimas doce jornadas, Houseman volvió antes. Y con los suplentes, ya no fue lo mismo: el equipo que goleaba pasó a ganar con lo justo 1-0 y sin brillar, o a empatar sin goles. Ya no hubo lugar para aquellos lujos, sólo para la eficacia: aún así salió campeón con 46 puntos, a cuatro de Boca.

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