Intensa requisa en la Unidad Penitenciaria nº 11 de Piñero: golpe al crimen desde adentro

Se trató de un operativo aleatorio. Se secuestraron elementos cortopunzantes, celulares y chips que fueron puestos a disposición de la Justicia.

Rosario03/03/2024Studio341NewsStudio341News
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El sábado, en una operación sorpresa coordinada por los Grupos Tácticos Especiales, se llevó a cabo una exhaustiva requisa en los pabellones de máxima seguridad de la Unidad Penitenciaria nº 11 de Piñero. Los focos de atención fueron los pabellones 7, 9 y del 25 al 29, donde se incautaron elementos punzantes, dispositivos celulares y chips, todos elementos cruciales en el engranaje delictivo que opera desde las sombras de la reclusión.

Este movimiento, impulsado por el Gobierno de Santa Fe, forma parte de una estrategia integral para contener y desarticular la actividad delictiva desde el interior de las cárceles. Según fuentes gubernamentales, estas acciones son parte de un esquema de inspecciones aleatorias que no conocen de horarios ni de días preestablecidos. La meta: cerrar el cerco sobre aquellos internos de alta peligrosidad, sospechados de continuar con sus actividades delictivas tras las rejas.

En palabras del ministro Coccoccioni, quien lidera esta cruzada contra el crimen desde su cartera, "está claro por donde viene" el ataque al orden público, y estas medidas son una respuesta firme y contundente a esa amenaza.

Desde el inicio de la actual gestión, se han implementado políticas decisivas para enfrentar este desafío. Más de 1200 presos han sido trasladados desde comisarías a instalaciones del Servicio Penitenciario, donde se ha llevado a cabo una reubicación estratégica de los reclusos de mayor peligrosidad en pabellones de máxima seguridad. Además, se ha restringido el acceso de visitantes, e incluso en algunos casos se ha instalado un sistema de seguridad con vidrios blindados para salvaguardar la integridad del personal y evitar cualquier intento de comunicación no autorizada.

Estas medidas no solo buscan reforzar el control interno en las cárceles, sino también liberar efectivos policiales que anteriormente estaban destinados a la custodia de detenidos en comisarías, permitiéndoles así reforzar el patrullaje en las calles y brindar una mayor sensación de seguridad a la ciudadanía.

En definitiva, esta última requisa en la Unidad Penitenciaria nº 11 de Piñero no solo ha sido un golpe directo al corazón del crimen organizado, sino también un mensaje claro y firme: en Santa Fe, la lucha contra la delincuencia no da tregua, ni dentro ni fuera de las cárceles.
 
 

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