Un giro explosivo en el triple crimen de Florencio Varela: una acusada reveló el presunto móvil narco detrás de los asesinatos

Celeste Magalí González Guerrero, una de las nueve detenidas, declaró que las víctimas habrían robado 30 kilos de cocaína a un narco boliviano. El caso, que conmocionó a la zona sur del Conurbano, suma así un nuevo capítulo de violencia, drogas y prostitución que compromete a una red criminal con vínculos en Flores y La Matanza.

Actualidad08/10/2025Studio341NewsStudio341News
celeste_magalx_gonzxlez_guerrero

El caso del triple crimen de Florencio Varela, que ya tenía un fuerte trasfondo narco, sumó en las últimas horas un giro impactante. Una de las acusadas, Celeste Magalí González Guerrero, rompió el silencio y declaró ante la Justicia un presunto móvil que podría explicar la brutalidad de los asesinatos: el robo de 30 kilos de cocaína a un poderoso narco boliviano.

Según el testimonio, las víctimas habrían sustraído la droga a Lázaro Víctor Sotacuro, señalado como un referente de peso dentro de una organización que operaba en el país. González Guerrero aseguró que Sotacuro se encontraba “por encima” de Tony Janzen Valverde Victoriano, alias “Pequeño J”, conocido por su rol dentro de la red de distribución.

triple-crimen

La detenida también aportó un relato estremecedor sobre cómo se cometió uno de los asesinatos. Según su versión, Miguel Ángel Villanueva habría atacado a una de las jóvenes con un destornillador y luego “le aplastó la cara con un fierro”. Para los investigadores, la ferocidad del hecho estaría directamente relacionada con una venganza interna del narcotráfico.

A esta nueva línea de investigación se suma la declaración de Sabrina Del Castillo, madre de una de las víctimas, Morena Verdi (20). La mujer contó ante el fiscal Adrián Arribas que su hija y las otras dos jóvenes, Lara Gutiérrez y Brenda Loreley Del Castillo, ejercían la prostitución en el barrio porteño de Flores, y que consumían “tussi”, una droga conocida como cocaína rosa.

Pequeño J

Del Castillo acusó además a la hermana de Gutiérrez de ser la “regenteadora” del grupo y reveló que, tras la desaparición de su hija, recibió amenazas reiteradas. Por temor, pidió una custodia policial federal en su casa de La Matanza, mientras la investigación continúa intentando desentrañar una trama donde la violencia, las drogas y la explotación sexual se cruzan en un mismo escenario siniestro.
 

Últimas noticias
Te puede interesar
Lo más visto

Suscríbete gratis al newsletter para recibir periódicamente las novedades en tu email