Preocupación por el estado de Kate Middleton tras su operación

El 16 de febrero marcó un mes desde que el Palacio de Buckingham comunicara que Kate Middleton había sido sometida a una intervención quirúrgica abdominal, manteniendo en secreto los detalles precisos. Tras dos semanas de hospitalización en un centro médico londinense, la princesa de Gales se encuentra en un periodo de baja hasta después de la Semana Santa, con el objetivo de regresar a sus funciones una vez esté completamente restablecida.

Desde entonces, el flujo de información sobre el estado de salud de Kate ha sido escaso, lo que ha generado incertidumbre entre el público. La última noticia confirmada la sitúa en la finca de Sandringham, donde se encuentra en proceso de recuperación rodeada de naturaleza y cercana a su familia política, incluido el rey Carlos, quien recientemente anunció su diagnóstico de cáncer.

A pesar de las aparentes señales de progreso, la periodista Concha Calleja, reconocida por su especialización en la casa real británica, reveló en el programa Fiesta del pasado fin de semana que la situación podría ser diferente a lo que se percibe. "Hay aspectos que aún no podemos revelar", afirmó la comunicadora, añadiendo que la evolución del estado de la princesa "no es tan favorable como desearía la casa real británica".

Se han observado movimientos dentro de la casa real inglesa que han suscitado interrogantes. Por un lado, se ha filtrado que Kate ha contratado un secretario particular, insinuando así que se encuentra ocupada en sus labores domésticas, pero, por otro lado, la ausencia de imágenes públicas alimenta las especulaciones. Aurelio Manzano también expresó su sorpresa por la gestión de la situación, señalando la falta de claridad al respecto.

En cuanto a lo sucedido, Calleja recordó que la princesa experimentó complicaciones durante el postoperatorio, lo que llevó a los médicos a inducirla al coma. "La operación fue delicada en sí misma, y las complicaciones posteriores fueron aún más serias", explicó la periodista. La decisión de inducir el coma fue tomada rápidamente por el equipo médico.

La discreción con la que se manejó el tema incluso llegó al ámbito familiar de Kate Middleton, quien optó por mantener en secreto la naturaleza de su intervención quirúrgica con el fin de proteger a sus hijos y preservar la privacidad de su información médica. Esta precaución se justifica ante el interés inevitable que genera esta noticia inesperada, con declaraciones desde Kensington que solicitan comprensión hacia el deseo de la princesa de mantener este asunto como un tema privado.

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