La cadena de distribución: una pieza clave que puede romper tu motor

Es un elemento crucial en los motores de algunos autos y se destaca por tener una vida útil más larga que los propulsores con correa.

General21/04/2025Studio341NewsStudio341News
Cadenas Distribucion

Dentro del motor, hay una pieza que no se ve pero que es clave: la cadena de distribución. Su función es mantener en perfecta sincronía al cigüeñal y al árbol de levas, es decir, que los pistones y las válvulas se muevan al ritmo justo.

Si esa sincronización falla, el motor trabaja mal, pierde fuerza o directamente se rompe. En algunos modelos, este componente es una correa, que suele tener una vida útil más corta.

La cadena une los dos ejes principales del motor. Uno mueve los pistones; el otro, las válvulas. Si no se mueven en el momento exacto, hay riesgo de que se golpeen entre sí. Y eso puede ser fatal para el motor.

Para evitar dolores de cabeza (y una visita costosa al taller), hay algunos cuidados simples que conviene tener en cuenta.

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1. Cambio de aceite: no lo postergues

El aceite es vital: lubrica la cadena y reduce el desgaste. Usá siempre el tipo recomendado por el fabricante y respetá los intervalos de cambio.
Si el aceite está muy sucio, puede obstruir los tensores hidráulicos o las guías de la cadena. Si el auto tiene muchos kilómetros y nunca se hizo, puede convenir una limpieza interna del motor.

2. Nivel de aceite: revisalo seguido

Si el nivel baja o el aceite está degradado, la cadena trabaja sin la lubricación necesaria.
Chequeá la varilla cada tanto y completá si hace falta. Aunque muchas cadenas están pensadas para durar toda la vida del auto, en algunos modelos requieren inspecciones o incluso recambios preventivos antes de los 200.000 kilómetros.

3. No aceleres en frío

Apenas encendés el motor, el aceite todavía no llegó a todas las partes. Si lo exigís en frío, la cadena sufre.
Esperá unos minutos antes de pisar fuerte el acelerador.

4. Ruidos raros: escuchá a tu motor

Un cascabeleo, traqueteo o ruido metálico al arrancar o acelerar puede ser señal de que algo no anda bien.
Si lo notás, no lo ignores: llevá el auto al mecánico cuanto antes.

5. Testigo encendido: no lo dejes pasar

Si se prende la luz del motor, puede estar avisando un problema con la cadena.
No sigas manejando como si nada: detectarlo a tiempo puede ahorrarte una rotura grave (y muy cara).

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