El terror del conurbano: buscan al “Pequeño J” tras el triple femicidio en Florencio Varela

Detrás del alias de “Julito” se esconde un joven de 23 años, de nacionalidad peruana, señalado como el autor intelectual de la brutal ejecución de tres mujeres. La banda sigue prófuga y la policía avanza en un operativo sin precedentes.

Actualidad26/09/2025Studio341NewsStudio341News
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Desde este miércoles, cuando aparecieron los cuerpos de Brenda Del Castillo, Morena Verdi y Lara Gutiérrez en Florencio Varela, las fuerzas de seguridad montaron un operativo descomunal para dar con el hombre señalado como autor intelectual del triple femicidio: “Pequeño J”, también conocido como “Julito”. Su nombre, de repente, comenzó a resonar en todos los despachos judiciales, dependencias policiales, medios y redes sociales.

Poco se sabe de él. Lo seguro es que detrás del alias se esconde un joven de apenas 23 años, de nacionalidad peruana. En los expedientes figura bajo dos identidades posibles: Julio Valverde o Julio Noguera. En los pasillos de las villas del sur del conurbano, lo nombran como un jefe incipiente, ligado al narcomenudeo y a disputas sangrientas. Su apodo, aseguran, es sinónimo de terror.

Según la investigación, fue él quien ordenó el secuestro, la tortura y el asesinato de las tres jóvenes. Testimonios de los detenidos apuntan a que el crimen fue premeditado y transmitido en vivo por una red social a un grupo cerrado de 45 miembros, como advertencia a otros narcos. La saña fue extrema.

El hallazgo de los cuerpos se produjo en el corazón del conurbano sur, pero la trama se extiende a barrios populares como Villa Zavaleta y la villa 1-11-14, donde se rastrea el accionar de la banda.

Una de las hipótesis más fuertes indica que el triple crimen obedeció a un ajuste de cuentas, posiblemente por un robo de droga o dinero dentro de la organización. La ejecución habría sido la respuesta brutal de un narco que busca afianzar su poder a fuerza de violencia. La lógica del mercado ilegal no deja cabos sueltos, como se vio en casos anteriores, como la banda rosarina “Los Monos”.

“Pequeño J” continúa prófugo. Pesa sobre él una orden de captura nacional e internacional, mientras cuatro presuntos cómplices fueron detenidos y se negaron a declarar. En los allanamientos no se halló rastro directo del jefe.

A pesar de la conmoción, su identidad no fue confirmada oficialmente. No existen antecedentes registrados en las fuerzas locales que lo vinculen con estructuras narco de la zona. El enigma permanece: un joven con múltiples nombres y un alias que crece minuto a minuto.

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