Fórmula 1: Nico Hülkenberg rompió el maleficio y logró su primer podio en Silverstone tras 239 carreras

Lo hizo en Silverstone, uno de los templos del automovilismo, y nada menos que partiendo desde la última fila.

Deportes06/07/2025Studio341NewsStudio341News
Hulkenberg

La espera terminó. Y el escenario no pudo ser mejor. A los 37 años y después de 239 Grandes Premios, Nico Hülkenberg escribió en Silverstone, uno de los templos sagrados del automovilismo, la página más emotiva de su carrera: subió por primera vez al podio en la Fórmula 1.

Lo hizo desde el fondo. Largando desde la última fila. Con un auto modesto, el de la escudería Kick Sauber, pero con la determinación de quien no se resigna jamás.

La carrera del Gran Premio de Gran Bretaña 2025 tuvo todos los condimentos: clima cambiante, lloviznas intermitentes, asfalto traicionero y estrategias al límite. Y ahí emergió Hülkenberg, preciso y paciente, mientras otros se equivocaban.

Ni siquiera un siete veces campeón del mundo como Lewis Hamilton, hoy al volante de Ferrari, logró sortear las trampas de Silverstone sin errores. El alemán, en cambio, eligió los neumáticos justos en el momento justo y supo mantener la cabeza fría en un circuito que no perdona.

“Llevaba mucho tiempo esperando este momento”, confesó con lágrimas en los ojos, al bajarse del podio. “Fue una locura, una carrera de supervivencia. Pero esta vez todo salió bien. Estoy feliz. Ya no tendré que responder más cuándo llegará mi primer podio”, soltó, entre risas y emoción.

La hazaña no fue solo un logro personal. Sauber se llevó 15 puntos de oro y trepó al sexto lugar en el campeonato de constructores, un premio enorme para una escudería que pelea lejos de los flashes de los gigantes.

La epopeya de Hülkenberg reavivó también un viejo debate en el paddock: el de su talento tantas veces desaprovechado. Considerado por años uno de los mejores pilotos sin podios en la historia de la F1, el alemán había logrado una pole inolvidable en Brasil 2010 y se había consagrado en Le Mans en 2015. Pero la Fórmula 1 le había sido esquiva. Hasta ahora.

En Silverstone, Hülkenberg rompió el maleficio. Y el automovilismo le devolvió, al fin, algo de todo lo que le había quitado.

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